martes, 14 de abril de 2015

el cole de francia

Yo trabajo en un cole muy especial. es un sitio en el que los niños y niñas además de estudiar, viven. duermen allí, tienen sus habitaciones y sus cuartos de tele y de juegos; tienen su comedor para desayunar, comer y cenar; los chicos y chicas vienen de toda francia, para pasar un año o más con nosotros. van a la escuela todos los días, para sus clases de matemáticas y lengua, y también van a talleres para aprender a comer de forma equilibrada y a cocinar. por otro lado, tienen clases de educación para la salud, en las que les explicamos todo lo referente a la obesidad, a la diabetes, a la hemofilia, al asma,... así como higiene, sexualidad, adicciones, y temas que les conciernen directamente. en sus días libres organizamos actividades con ellos, como ski, randonées, patinaje, piscina, fútbol, cine, o acompañarles de compras o a dar una vuelta en el pueblo.
estos chavales vienen a este cole porque en su casa se discute mucho, o porque sus familias están muy ocupadas, o porque sus médicos se lo recomiendan, cuando sufren alguna de aquellas enfermedades. se trata de trastornos con los que nacen, o que adquieren en la infancia a menudo fruto de un profundo sufrimiento emocional. como se trata de enfermedades crónicas con las que tienen que convivir durante tantos años, nuestra función es ayudarles a entenderlas, a conocerlas, y a cuidarse ellos solos sin necesitar la ayuda de ningún adulto. y lo logran! aunque la adolescencia es una etapa en la que es difícil ganarse su confianza y su respeto, trabajamos cada día para que estos cien chicos tengan una vida plena.
así que nuestro equipo de mayores está formado por profesores en la escuela, por tutores y educadores en su vida cotidiana, por enfermeros que velamos por su seguridad, por médicos, psicólogos, asistentes sociales, y todo un despliegue de profesionales que formamos una red en la que les permitimos desarrollarse hacia la autonomía y el bienestar.
entre estos chicos y chicas hay quienes lo viven muy bien, porque despiertan a un mundo nuevo de amistad, de amores, de experiencias nuevas y desafíos, pero hay otros a los que les cuesta un poco más relacionarse con los demás y disfrutar del deporte o ajustarse a las normas y disciplina. pero en cualquiera de los casos se trata de una profunda experiencia vital, que les confronta con situaciones nuevas que aprenden a manejar desde edades muy tempranas.
por mi parte, he aprendido a hacer de muro de contención, contra el que los chicos arrebaten a menudo. o más bien como un viejo árbol de tronco grueso que les impide pasar hacia otros caminos. tan firme para contener como para refugiarse. de profundas raíces que denotan estabilidad, y frondosa copa para arropar los corazones más atormentados.


foto: MacaRon, la perle cerdane, osséja, france

No hay comentarios:

Publicar un comentario