desde ese momento, nos esforzamos todos por darle a negu mucho amor, para que volviera a confiar en los animales y en las personas. fui a las bibliotecas para aprender sobre el carácter de los perros y sobre técnicas de adiestramiento, y trabajábamos juntas todos los días. dábamos largos paseos por el monte para que negu se sintiera libre y encontrara su propia naturaleza, enterrada detrás de tanto miedo. tuvimos muchísima paciencia porque era cabezota y muy independiente. incluso un día se fue corriendo por el bosque detrás de un rastro, y no volvió. yo estaba confusa, no sabía muy bien qué hacer. sólo pensaba en que ojalá tuviera suerte, porque era el mes de febrero y había mucha nieve y hacía mucho frío como para que un animal tan joven anduviera solo por el bosque. también pensaba que ojalá encontrara una familia que la quisiera mucho y tuviera una buena vida llena de aventuras y buenos momentos, aunque fuera lejos de mí. y mientras pensaba todo eso ponía carteles con su foto en todos los pueblos, empezando por el árbol junto al que aparqué el coche el día que se perdió. volví al bosque cada día y cada noche llamándola a gritos. poncho me acompañaba y ladraba fuerte en los acantilados y en los ríos. al quinto día encontraron a negu sentadita junto al árbol donde aparqué, debajo del cartel con su foto, como si esperara el autobús. me llamaron y acudí veloz a recogerla y a abrazarla. estaba bien, sólo muy cansada, hambrienta y desorientada. la llevé a casa y le puse un collar con su nombre y mi teléfono, para que no volviera a perderse nunca.
ahora negu cumplirá pronto cinco años y ya ha encontrado su sitio en esta familia. hemos seguido trabajando con ella, porque aún quedan resquicios de miedo en su interior, que le hacen reaccionar muy intensamente ante situaciones inesperadas. pero se ha convertido en una perra cariñosa, muy lista, y muy divertida. y sigue teniendo una parte salvaje y pura que aflora cuando corre libre por el bosque, saltando entre las rocas y flotando sobre los arbustos, con toda la potencia, la flexibilidad y la precisión de una flecha.
foto: MacaRon, negu en el bosque de err. francia
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