martes, 17 de marzo de 2015

around the world

La idea fue de pepe y de yermanetta. se presentaron un día en casa anunciando que con la llegada del invierno marcharían de viaje. habían planeado un largo año de expedición, recorriendo un sinfín de lugares. y nos proponían a tom y a mí acompañarles. Tras la sorpresa inicial, tardamos muy pocos segundos en unirnos a la aventura. teníamos sólo un par de meses para preparar los documentos y dejar nuestros asuntos resueltos, antes de ausentarnos tanto tiempo. tom ideó una estrategia para que no se nos olvidara nada, y cuando llegó la fecha prevista partimos rumbo a lo desconocido!
llegamos a pekín amaneciendo, después de un montón de horas de vuelos. estábamos cansados, pero emocionados por empezar a descubrir un lugar tan lejano y misterioso. fue nuestra puerta de entrada a una china que nos acogió con entrañable hospitalidad, con una sorprendente, variadísima y exquisita gastronomía, y unos paisajes de ensueño. la sensación era como estar de vacaciones; llegamos a vietnam por el norte, cruzando nuestra primera frontera. allí nos sorprendieron las tribus de las montañas, que trabajaban el campo y teñían telas y telas de azul añil. empezábamos a tener sensaciones nuevas, porque ya contábamos con tres meses de viaje y nos estábamos convirtiendo en auténticos trotamundos; de allí cruzamos a laos, donde la pobreza más pura no impedía una vida tranquila. aquí nuestros ánimos encontraron serenidad; la llegada a cambodia fue en un coche a todo gas por caminos rojos llenos de baches y polvo que nos descubrieron la capital de un antiquísimo imperio. recorrimos aquellas ruinas enredadas en las raíces de los árboles gigantescos, con tantísimo calor y humedad que de cada poro de nuestra piel brotaba el sudor a raudales. fueron días muy emocionantes, explorando la jungla y todo aquel paraíso; entramos a thailandia en barca, y volvimos poco a poco a la civilización, a los americans dollars, a los turistas jóvenes y británicos con ganas de fiesta, a los combates de thai-boxing, a los budas gigantescos y dorados, y al buceo. nos brindamos un mes de descanso buceando por las mañanas y descansando por las tardes, en una cabaña a la orilla del mar en una playa con la arena tan fina y blanca como la harina. el buceo. éste fue nuestro más hermoso descubrimiento. nuestra más sagrada experiencia. el verdadero templo está bajo el mar, lleno de formas, colores, especies, y misterios. nuestra sensación fue de auténtica felicidad; después atravesamos maylasia, haciendo una expedición a través de la jungla en la que encontramos la cueva de los elefantes; dejamos asia por la puerta de singapur seis meses después de nuestra llegada a pekín. y aterrizamos en australia. nos adentramos en la gran barrera de coral antes de pisar la tierra salvaje y antigua que nos llenó de la serenidad de sus desiertos, y del sosiego de una madre; y cruzamos a new zealand, nos perdimos en sus bosques milenarios, en sus volcanes, en sus glaciares, en su mar bravío y plateado. la naturaleza poderosa y magnífica nos convirtió en adán y eva explorando los jardines del edén; y pusimos rumbo a fiji, el punto más distante de nuestra expedición. estas islas se encuentran tan lejos, tan lejos, que si te pasas ya estás volviendo. nos invadía una sensación de libertad absoluta, al sabernos en la otra punta del mundo; y rumbo al este, siempre hacia el este, llegamos a centroamérica. llegamos a tierra hermana, compartíamos lengua, compartíamos historia, compartíamos sueños de juventud. exploramos costa rica, asistiendo con respeto a la puesta de huevos nocturna de las grandes tortugas verdes, que lloraban del esfuerzo mientras los enterraban en la arena para protegerlos; exploramos nicaragua y las sonrisas de sus niños; exploramos honduras y sus fondos marinos; exploramos guatemala y sus selvas y sus mercados, y sus ruinas misteriosas; exploramos méxico y sus ciudades, y su cerveza, y sus contrastes. aterrizamos de nuevo en london desde el oeste 360 días tras nuestra partida. después de tantos kilómetros, de tantas aventuras, de tantas gentes, nos habíamos transformado. habíamos conseguido dar la vuelta al mundo! como marco polo mantuvimos siempre rumbo al este. el gran sueño de cristóbal colón, de fernando de magallanes y de jules verne se hizo realidad para nosotros. y esa luz ilumina nuestras vidas desde entonces.

foto: MacaRon, fiji

No hay comentarios:

Publicar un comentario