foto: MacaRon, kyōto, japan
martes, 31 de marzo de 2015
encuentro en kyōto
En aquel instante el tiempo se paró. Sólo recuerdo su mirada, profundamente anclada en la mía. Indescifrable. Misteriosa y eterna. Durante un momento infinito. Cuando recuperé el aliento del tiempo, pude fijarme de soslayo en sus ropas de seda de vivos colores con elegantes estampados; En su moño de pelo negro cuidadosamente ordenado y adornado con pétalos de flores; Pude darme cuenta de su perfil y de su cuello pintados de blanco, y de sus labios muy rojos; Aquella maiko se dio la vuelta con pasitos cortos y etéreos sobre sus sandalias minúsculas, flotando sobre la madera del ryokan con todo el arte heredado a través de los tiempos, y se perdió tras el panel dejando una estela de magia tras de sí.
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