martes, 17 de febrero de 2015

uyuni

Llegué a la juventud intentando alcanzar metas que no eran mías. pensaba que sólo había una forma correcta de vivir, que sólo había un camino. tanto me esforcé por seguir ese modelo, que lo perdí todo. fue mi primer desierto. en aquel momento me quedé confusa y perdida. la soledad del desierto sin estar preparado puede ser abismal. pero tuve paciencia. después de un tiempo, por puro instinto empecé a acercarme al cariño de uno de mis hermanos. pepe vivía en las montañas, rodeado de amigos, de animales, y de mucha diversión. así que, siempre que yo tenía tiempo, me escapaba a este oasis recién descubierto. en muy poco tiempo empecé a sentirme muy bien. estaba abriéndome a cosas nuevas del mundo, a la gente, y a mí misma. así que aproveché esa buena energía y empecé a planear un viaje. sólo llevaría una mochila con algunas ropas, una brújula y un buen par de botas. cuando tom se enteró de mis planes no lo dudó, y dijo que me acompañaría. en ese momento casi no nos conocíamos, pero nos llevábamos bien. así que firmamos un contrato en una servilleta de papel, y nos comprometimos a caminar juntos, por tiempo indeterminado. juanchi fue testigo. y brindamos los tres con cerveza!
recorrimos juntos grandes distancias. nos hospedamos en habitaciones humildes. probamos deliciosos majares. conocimos personas con historias increíbles. visitamos lugares extraordinarios. navegamos por ríos salvajes. nos bañamos bajo grandes cataratas. escuchamos los glaciares. ascendimos volcanes. atravesamos bosques, selvas y ciudades. y llegamos a uyuni. mi segundo desierto. un lugar azul en los confines del mundo. custodiado por montañas de sal y cactus tas altos como palmeras. más altos! un lugar en el que el cielo y el suelo son uno. en el que no hay horizonte. en el que estás realmente solo. flotando en otra dimensión. y allí descubrí que no necesitaba nada para vivir. ni siquiera mi mochila. ni siquiera las ropas que llevaba puestas. no necesitaba más que a mí misma. mi alegría y mi valor. 
recorrí otros muchos desiertos después de aquel. pero ninguno me dio tanto como uyuni. uyuni. uyuni...

foto: anta. salar de uyuni, bolivia

No hay comentarios:

Publicar un comentario